Un personaje peculiar: Eudald Serravinyals

Hijo de la Molsosa, se casó con una de las hermanas Fontanet, herederas del mas Sant Andreu (ver foto superior). Era un hombre alto y robusto y llevaba una barba espesa. Era irreverente, rudo y huraño.

Le gustaban los animales de cuatro patas, y acudía a muchas ferias de ganado de toda Catalunya. A principios de la guerra civil, representantes del ejército pasaban casa por casa para confiscar los animales que se necesitaban para la guerra. Temiendo quedarse sin sus mulas, las amaestró para que a cada intento de acariciarlas estas reaccionasen con coces, de manera que los militares desistieron de llevárselas.

Le gustaba pasearse fanfarroneando encima de su caballo, que engalanaba con una silla decorada, un copete en la cabeza y cascabeles por todos los lados. Le encantaba encabezar las comitivas festivas, y era un ferviente militante de la Falange, más por los uniformes y los símbolos que no por la ideología.

Durante la guerra se esconde en el Mas Comallonga, pero cuando entran las tropas franquistas reaparece haciendo ostentación de una gran cantidad de medallas, rosarios, medallitas de la Virgen y un gran reloj de bolsillo. Se dice que, el día que entró la vanguardia del ejército franquista en Manresa, él encabezaba la marcha, montado a caballo y con una gran bandera española en la mano.

Con el paso de los años el hombre se volverá menos sociable y más canalla. La familia no le aguantaba y lo tenían a cargo de los masoveros de Comallonga, una propiedad de Sant Andreu. Cuando pasaba gente, salía a la galería y orinaba delante de todo el mundo. Bajando de Sant Llorenç de Morunys, la camioneta donde iba tuvo un accidente y quedó cojo. Arrastrándose con dos bastones, hacía estancias en Manresa, en casa de su resobrina Eudalda, su ahijada y la única persona con quien demostraba una cierta consideración. Murió en 1965, con más de 90 años, y fue enterrado en el cementerio de la sufragánea de Sant Andreu.

Menú