El bastardo Feixes

Antoni Feixes, alias el Bastardo, era un hijo ilegítimo del dueño del mas de les Feixes de Coaner. Esta condición le hizo abandonar la casa paterna (quizá expulsado), y que se dedicase a la mala vida.

El día 1 de mayo de 1595 había fiesta grande en Camps. Se celebraba la fiesta del Roser y la iglesia se llenó a desbordar para seguir el oficio extraordinario y cantar los gozos de la virgen. El rector de Camps no toleraba que sus feligreses entrasen al templo con armas y les obligaba a dejarlas en la puerta (ver puerta de Sta. Maria de Camps en la foto superior). Después de la misa, los hombres recuperaron sus pedreñales y escopetas, pero dos de ellos no encontraron sus armas. Todos atribuyeron el robo al Bastardo Feixes. El chico, que tenía unos 25 años, tenía fama de robar por las casas, sobretodo pedreñales y piezas de ropa, que después malvendía para ir subsistiendo. Algunos de los presentes recordaron haberle visto mirándose las armas que había apoyadas en la puerta. Mientras tanto, el sospechoso salió huyendo.

No tardó demasiados días a ser detenido y encerrado en la prisión del castillo de Cardona. Bajo tortura, el Bastardo confesó el robo de los pedreñales de Camps y otros robos en varias masías de Fonollosa. Fue condenado a azotes y a diez años en galeras.

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