Guerra Civil: refugiados, emboscados y ametralladores

Con el estallido de la guerra, varias familias de refugiados, procedentes de Seriñena y otros lugares de Aragón se aposentaron en Fals. Los alojaron en la ermita del Grau, en cal Xiscano, en el Gorg Negre y en Jaumandreu. En la casa de la Mongia vivieron unas mujeres que tenían a los hombres luchando en el frente. En el Gorg Negre un grupo de mujeres con un montón de criaturas. Se les llamaba “las carboneras”, porque este era su oficio. Otros optaron por desertar y esconderse en bosques. Eran los emboscados, que dormían en escondites, cuevas y barracas. Sus familias les hacían llegar comestibles de manera disimulada. De noche se acercaban a casa y, cuando podían, trabajaban en los campos. Algunos jóvenes fueron a defender la república, y muchos no volvieron a casa.

El 22 de enero de 1939 las tropas franquistas ocuparon el vértice de Cal Xamal, donde instaló la plana mayor el General García Valiño, y se desplegaron en la parte alta del Pla de Fals. Todavía se pueden encontrar algunos abrigos rudimentarios que hicieron los soldados para pasar la noche. El 23 por la mañana los soldados empezaron a avanzar por el Pla, rodeando el grupo de casas del rabal de Oliveres. Una ametralladora republicana, instalada en la cima de La Torra (ver foto superior), hizo fuego, mientras que otra disparaba desde el lado del pedregal. La artillería respondió y derrumbó parte de la construcción. Los ametralladores se retiraron en dirección a Manresa. Al otro lado del Pla de Fals, en un punto elevado de las Costetes, se situó otra ametralladora, que mató a un suboficial de los nacionales. Como venganza, los soldados de la ametralladora fueron fusilados. Al día siguiente, el dueño del Grauet encontró los cuerpos de siete soldados, y una patrulla les enterró a todos juntos. Como la tumba era poco profunda, pronto los animales y las lluvias descubrieron una parte de los restos, y todavía hoy se encuentran huesos esparcidos de los soldados. Desde entonces, el lugar se le conoce como el “Pla dels Morts” (“Pla de los Muertos”).

El Pla de Montconill también fue ocupado por los soldados nacionales. Cerca de Jaumeandreu murieron en combate cuatro o cinco soldados republicanos. Fueron enterrados en dos fosas diferentes, una cerca de la casa, la otra pasada la capilla de Sant Joan.

En Subirana dos soldados republicanos pidieron acogida. El masovero les ofreció el pajar, pero una escuadra de regulares se los llevó presos. Un poco más abajo, al lado de una barraca de viña, les fusilaron.

Finalmente, todavía cabe resaltar otro lugar del municipio vinculado a la guerra. Cuando los camiones y piezas de artillería fascistas empezaron a bajar por la Costa de Pere Negre para dirigirse a Manresa, camino de Coll Baix, y mientras los soldados ocupaban las casas, una parte de la población del Raval, mujeres y criaturas principalmente, se refugiaron en una cueva bajo cal Regueret, y en otros escondites.

Los emboscados, por su lado, se entregaron a les tropas ocupantes y fueron internados en un campo de concentración de prisioneros.

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